Modo de Hacer y Modo de Ser
- Alessia Masciocchi
- 10 ene
- 3 Min. de lectura
¡Hola bellezas!
Hoy nos adentraremos un poco más en el mundo del Mindfulness distinguiendo cuándo nos encontramos en el modo de hacer y cuándo estamos en el modo de ser.
¿Por qué no es bueno estar en el modo de "hacer"?
El modo de hacer, es decir, actuar sin estar consciente y atentamente presentes, se convierte en un gran impedimento: nos transporta lejos de nuestro ser y, amargamente, a menudo se transforma en una verdadera vía de escape.
El mindfulness nos ayuda a pasar del hacer al ser, como se escribió arriba, a través de la atención y la consciencia.
Las siete características del hacer:
Piloto automático
Actuamos a través de automatismos sin darnos cuenta
Analizar
Nuestro cerebro realiza una actividad incesante de planificar, recordar y analizar las cosas, lo que nos absorbe y nos hace vivir en pensamientos, perdiendo así el contacto tanto con nosotros mismos como con la realidad que nos rodea
Luchar
Es decir, juzgar, ver la realidad y compararla con cómo nos gustaría que fuera. El riesgo es caer en la trampa de un túnel
Ver los pensamientos como reales y concretos
Esto significa confundir lo que está dentro de nosotros con lo que está fuera
Evitar
Mantener objetivos en mente, incluso los que hay que evitar: bueno para las cosas materiales, pero no para la psique ya que aumenta el cortisol
Estar "en otro lugar"
La mente se mueve sin descanso entre el pasado y el futuro sin detenerse nunca en el presente: el estrés aumenta
Vivir de actividades que quitan energía
Son actividades que nos "vacían" y en las que nos ponemos grandes objetivos que luego postergamos
Las siete características del ser:
Si decidimos vivir de manera consciente y atenta, las características anteriores irán desapareciendo gradualmente para consolidar otras nuevas (en orden):
Actuar conscientemente
Ser plenamente conscientes de nuestro camino, volviéndonos capaces de alinear las acciones con las intenciones
Percibir
Retomar contacto con los sentidos, nunca dar nada por sentado o ya conocido. Debemos vivir con curiosidad y percibir lo que sucede y cuidarlo
Aceptar
Vivir sin entrar en el juicio, aceptando las cosas como son y sin resignarse. Vivir esta aceptación con control nos puede permitir elegir y ver claramente los objetivos
Los pensamientos como eventos mentales
Es muy importante alcanzar la conciencia de que los pensamientos son solo eventos mentales y no la realidad: este es quizás el principio más importante del Mindfulness. Los pensamientos deben verse tal como son y la realidad verdadera es lo visible
Encontrar
Debemos observar con un enfoque empático lo que queremos evitar. Esto disuelve los estados de ánimo negativos
Estar "presentes"
Se basa en la lucidez entre el pasado y el futuro, siendo conscientes de que los pensamientos son un proceso fluido y que no es necesario sufrir por dolores pasados o futuros
Vivir en actividades que nutren
Las actividades nutrientes energéticamente son lo que nos hace avanzar. Es importante hacer un balance entre actividades y recursos y comprender lo que nos nutre y lo que nos consume
Cambiar conscientemente de camino
Para salir de la trampa del "hacer" y entrar en la libertad del ser, debemos aprender a reconocer conscientemente cómo estamos viviendo para elegir el camino correcto.
Somos afortunados porque modificando incluso una sola característica, las otras se modifican automáticamente.
Describamos el Mindfulness con adjetivos:
Ordinario
Natural
Universal
Disponible
Práctico
¿Por qué práctico?
Porque es el sentido correcto para entender qué es importante en nuestra existencia. Nos hace vivir la vida tal como es (haciéndonos aceptarla) y nos ayuda a evitar poner el juicio y la comparación en primer lugar.
En conclusión, el mindfulness nos invita a pasar de un estado de hacer constante a una forma más equilibrada de ser. Al reconocer estos dos modos y comprender sus características, podemos elegir conscientemente cómo queremos vivir cada momento.
Recuerda que no se trata de perfección, sino de conciencia y progresión suave.
Cada pequeño paso del 'hacer' al 'ser' es una victoria en sí misma, llevándonos hacia una vida más presente y plena.
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